En septiembre de 2011 se estrenó en Japón el anime Tiger & Bunny, una serie que rápidamente captó la atención del público. Masafumi Nishida fue su showrunner y Masakazu Katsura se encargó del diseño de personajes. Esta serie es un curioso caso sobre publicidad digno de estudio de hasta donde puede llegar el product placement.
Ambientada en un mundo futurista, la historia sigue a un grupo de superhéroes que combaten el crimen mientas son celebridades mediáticas, sus hazañas se retransmiten en directo para deleite del público. Con un toque de humor, los protagonistas son un veterano superhéroe que está por retirarse (Tiger) y un joven con el que le emparejarán (Bunny).
Lo que resultó chocante es la integración de la publicidad dentro de su narrrativa, ya que las marcas que aparecen en la misma son marcas del mundo real: Pepsi, Bandai, SoftBank, Amazon… En otras producciones esto suele aparecer de manera incidental, aquí es parte de su universo. Las marcas aparecen decorando las armaduras, las ropas y los vehículos de los superhéroes como auténticos patrocinadores de estos.
El product placement (emplazamiento de producto) no es un concepto nuevo en televisión o el cine, se lleva viendo desde sus mismos orígenes. Y ya actualmente en muchas series y películas es algo habitual, desde la cocina de Médico de Familia, hasta los guiños irónicos en The Truman Show. Sin embargo lo de esta serie va un paso mas allá.

Curiosamente, en su paso a su emisión por streaming por Netflix, todos estos patrocinios visibles en la versión original han desaparecido, reemplazados por objetos sin marca, dejando las armaduras con espacios en blanco. Quizá por un tema regulatorio o porque las marcas solo tenían contrato para ser mostradas en un territorio, incluso sería innecesario hacer publicidad de estas marcas fuera de Japón.
Para la segunda temporada de la serie, se anunciaron muchos de sus patrocinadores, unos para la primera tanda de capítulos y otros para la segunda. Que además, se apuntaron a publicitar la serie desde sus redes.
Bola Extra: IA product (re)placement
Con el avance de la inteligencia artificial y las técnicas de edición digital, el product placement ha adquirido una nueva dimensión. Hoy es posible insertar marcas en películas, series o videojuegos de manera dinámica y personalizada, adaptando los productos a distintas audiencias o mercados sin necesidad de regrabar escenas. Esto se logra mediante algoritmos de IA que reconocen elementos en movimiento, superficies y contextos, permitiendo reemplazar un logotipo o un objeto por otro de forma convincente y casi imperceptible.
Así, una misma serie puede mostrar productos diferentes según la región geográfica, el perfil del espectador o incluso acuerdos comerciales posteriores a la producción original, transformando la publicidad audiovisual en un proceso flexible, escalable y altamente segmentado.









El pasado 27 murió Carrie Fisher, actriz, escritora y guionista, a los 60 años de una complicación de un problema cardíaco. Los medios han dado de la noticia “Murió la princesa Leia”. Y aunque el titular es una manera de que la gente la ubique más fácilmente, las crónicas profundizaron poco más allá y nos dieron una dimensión equivocada de la notica. ¿Qué clase de periodismo es este?
Dicen que un actor está encasillado cuando todos los personajes que realiza siguen un mismo patrón: siempre hace de padre de familia, o de héroe, o sólo hace comedia… pero últimamente el patrón lo hemos descubierto en los carteles de cine donde parece que ciertos actores están encasillados en ser presentados al público de la misma manera desde los carteles de sus películas.