La puerta trasera (o backdoor) es el término utilizado en informática para referirse a un punto del código no documentado que permite a alguien (normalmente sólo al programador) el acceso a la aplicación. Y normalmente esto ocurre sin que el usuario sepa de su uso. No afecta al funcionamiento del programa y el programa no tiene porque ser un troyano. Esta puerta trasera permite especialmente recoger información sobre el uso del usuario de la aplicación, incluido todo dato personal o secreto (industrial o de estado) que haya incluído.
Desde hace mucho tiempo se comenta (rumore rumore) que todos los programas que se fabrican en USA tienen una puerta trasera conocida por sus servicios secretos. País de la libertad, lo dudo, de la privacidad, seguro que no.
Lo penúltimo que ha salido a la palestra es una posible puerta trasera en el software de las Blackberrys que ha llevado al gobierno francés a prohibirla entre sus funcionarios (algo que muchos de ellos se han negado por lo útiles que les resultan).
Y lo último es un agujerito para mirar dentro de Quicken, la muy distribuida aplicación de control de gastos.
Esto de las puertas traseras da un punto mas a favor de los pogramas de código abierto (open source), donde no es que yo me vaya a leer todo el código, pero seguro que alguien si lo hace y podemos estar mas tranquilos de que no nos colarán alguna guarrería.