Las máquinas son tontas, pero aprenden rápido. Para que una máquina entienda algo es cuestión de darle múltiples ejemplos y ella “sola” cruzará los datos y se creará una imagen de la realidad.
Los expertos en aprender del usuario y darle una experiencia personalizada son Google. Cuanto más usas su buscador (obviamente abriendo previamente sesión con tu usuario) mas recopilan sobre tus búsquedas y te ofrecen así un poquito de pimienta de personalización en tus búsquedas. En la página principal de YouTube, en la que últimamente entro una vez al día por razones de trabajo (antes iba directamente a los vídeos que me recomendaba la gente ver o llegaba desde un buscador) se nota especialmente con los vídeos recomendados para tí.
Leí un interesante artículo sobre todos los servicios de acortamiento de URLs (pensaba que de Jorge del Casar, pero ya no lo encuentro), e navagando investigando sobre el tema y pensando que Delicious debería ofrecer un servicio similar (ya tiene la base de usuarios y una masa ingente de URLs y tags que los interrelacionan), he leído un interesante artículo de Joshua Schachter, fundador de Delicious en contra de los acortadores de URL: añaden una capa de complejidad (un “tercer” DNS no tan agil como un DNS), ocultan el auténtico origen del enlace entrante, se da el “poder” al servicio acortador (poder de monetizar, poder de llegar [que se puede romper si el servicio cierra, o no le gusta el enlace, o borra accidentalmente su base de datos]).
Volviendo al principio, si ya da miedo que “todos” los vídeos que enlazo están en YouTube (que puede borrarlos sin previo aviso y dejarme sin contenido), mas miedo puede dar que mis enlaces pasen por un intermedio que puede romperse y anular todos mis enlaces salientes…